fisioterapia, podologia, readaptación, entrenamiento

965 29 55 33 - 679 276 344 info@clinicasevila.com

E.P.I. Ecoguiada

La EPI es como se conoce comúnmente a la Electrólisis Percutánea Intratisular, una de las técnicas de fisioterapia más vanguardistas y con mejores resultados en el tratamiento de lesiones, que podrás encontrar en nuestro centro de Fisioterapia en San Juan.

¿Qué es la EPI?

Es una técnica fisioterapéutica en la que aplicamos una corriente galvánica mediante una aguja de acupuntura. Esta corriente se aplica de manera controlada en la zona del tejido que necesitemos tratar para provocar una inflamación localizada que inicia la fagocitosis, es decir la propia respuesta natural del cuerpo para defender el organismo de patógenos perjudiciales y tejidos muertos. A la vez, la EPI logra estimular la producción de colágeno para reparar así el tejido afectado, consiguiendo un proceso natural de recuperación del organismo.

De esta manera eliminamos de manera exclusiva el tejido dañado a la vez que favorecemos la regeneración de esta zona.

 

¿En qué casos se recomienda este tratamiento fisioterapéutico?

La EPI nos permite tratar tejido blando, por lo que podremos emplearla cuando la lesión afecte a tendones, ligamentos, músculos, etc.

En general tiene buenos resultados en aquellos pacientes con lesiones crónicas o de repetición, muy comunes en deportistas tanto profesionales como aficionados. La EPI ha mostrado una reducción del tiempo de recuperación de las lesiones y del dolor en la práctica de la actividad que generase la lesión.

Aunque es el fisioterapeuta el que valorará la idoneidad del tratamiento para cada afección, es una técnica que funciona especialmente bien en lesiones crónicas o agudas, ya que trabaja sobre el tejido dañado y, en estos casos, la degradación es mayor.

 

¿Cómo funciona la técnica EPI?

La EPI es una técnica de fisioterapia invasiva en la que, en primer lugar, realizamos una punción con una aguja de acupuntura en la zona afectada, y mediante la que introducimos la corriente galvánica, siempre de manera monitorizada gracias a la técnica de la ecografía, que permite al fisioterapeuta tener en todo momento control interno de la zona.

Se provoca, de esta manera, un proceso inflamatorio localizado y controlado que permite romper el tejido dañado por la lesión, y estimular su propia reparación.